Tengo una historia mal escrita, alguna que arrastro de otras vidas, y esta mortal y malherida, que a nadie le importa, pero es la única que tengo,
y sólo los últimos años de amores he escrito, en memoria de lo que quiso ser, y de lo que no ha sido, de aquellos que fueron y nunca me tuvieron, de quienes tuvieron mi cuerpo sin sostener alma, corazón y mente, del dueño de mi corazón quien se enamoró de la fiera y quiso domarla, y ni con lágrimas de sangre pudo más que fortalecer mi espíritu, tan rebelde que muchas veces no puede contenerse.
Entonces me escapo, a esos que llamo sueños, a viajar por historias imposibles, a dejar que algún extraño me robe un beso de otro idioma, a devolver muchas veces con el viento, a que nadie vea mis madrugadas descalzas al regreso, porque total nunca me he ido, pero mi corazón sintió cada latido dejado en otros mundos que no conoceré, y mi razón dormida entre pastillas nunca se entera, y soy yo, la única que me delata en cada verso.